Crisocola

El término Crisocola es la unión de dos palabras griegas: «oro-dorado» (criso) y «cola», ya que este mineral crece en forma de cola, con destellos dorados propios de los yacimientos de cobre. Combina maravillosamente los colores azul y verde. Y, si te gusta la crisocola, ya sabrás que no hay dos iguales. Cada crisocola es única y especial.

La crisocola es un mineral talismán que posee una vibración especial y única para arraigar la alegría en nuestro carácter, en nuestra vida.

Por su vibración cromática fortalece las cualidades del chacra del corazón y de la garganta, siendo su lugar ideal para llevarla sobre el cuerpo como colgante, a la altura de la glándula Timo. Fortalecerá especialmente el sistema inmunológico y estimulara la expansión de conciencia cuando meditemos o queramos relajarnos.

Como cristal de compañía nos ayudara a fortalecer la intuición, la confianza en nuestras cualidades personales y a que sus dones se expresen en nuestras actividades diarias. La alegría de estar aquí y ahora y la confianza en que la vida nos traerá siempre lo mejor.

La crisocola esta aconsejada en toda persona que esté trabajando en la recuperación de su autoestima. Especialmente indicada cuando se esté llevando a cabo un cambio de dieta o de costumbres alimenticias (también para dejar el alcohol o el tabaco). 

 Aporta fuerza, calma y valentía en el proceso del parto, y se aconseja que la mujer embarazada, desde los primeros meses, sostenga en su mano izquierda una crisocola, durante varios minutos al día mientras se relaja. (Así la utilizaban las mujeres de algunas tribus indias). Es una piedra de conexión con los arquetipos femeninos, y de entre ellos con Gaia.

Información extraída del Libro Cristales de Sanación de Nina Llinares

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