En los años 50 Robert Saint John, creador de la Técnica Metamórfica, trato a una niña de 18 meses afectada de Síndrome de Down profundo.
Más adelante decidió probar con niños autistas, cuando ellos permitían el contacto, se producía una reacción muy sorprendente. De forma espontanea, se iban abriendo al mundo exterior y empezaban a relacionarse con otras personas.
Posteriormente probó en adultos con diversas enfermedades.
Descubrió que cada cual actuaba de forma diferente, pero que en todos se producía una reacción, un movimiento de energía con la consiguiente toma de consciencia y transformación, en algunos más rápida y en otros más lenta, cada cual a su ritmo.
Fue descubriendo que las personas podían recordar espontáneamente momentos anteriores de su vida y que estos recuerdos les ayudaban a comprender estas situaciones y a superar los traumas que se habían producido.
(Extraído de los libros de Carmen Boira).
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