AstrologíaCuántica y otras terapiasTerapia Astrológico-Floral

Terapia Astrológico-Floral en niños

La Terapia Astrológico-Floral en niños puede ayudar en comportamientos emocionales que se hiperactivan cuando pierden su sensación de estabilidad.

Los temas emocionales de los niños están asociados a los padres, al medio ambiente y a las dinámicas vinculares en el núcleo familiar.

A través de la observación de la carta natal podemos llegar a entender el mundo emocional del niño y el mecanismo que se activa ante las situaciones que lo desestabilizan. 

El elemento dominante

El elemento dominante y las características del signo Lunar se hiperactivan, generando los comportamientos extremos con los que el niño trata de sobrevivir a la angustia y el dolor que siente.

Enseñar a los niños a manejar su elemento dominante y la toma de consciencia de los padres, de como manejan ellos mismos esa energía, ayuda a abordar el conflicto desde la raíz y no solo tratar los síntomas, que reaparecerán si no minimizamos lo que los desencadena.

Los niños suelen mostrar problemas de rebeldía, hipersensibilidad, baja autoestima, falta de raíz, rabia o enojo como mecanismos de protección y supervivencia asociados a su configuración natal.

El elemento dominante en la carta natal nos habla de dones y habilidades naturales, pero también de comportamientos extremos cuando algo los desestabiliza emocionalmente.

El elemento en déficit nos indica que esa energía les es incomoda, su dificultad para manejarla y que tendrá que aprender a incorporarla poco a poco con nuestra paciente ayuda y sin presión.

Cuando el elemento dominante es el Fuego podemos ver que son niños independientes y valientes que muestran cualidades naturales de liderazgo. Pero cuando este elemento está en déficit les falta confianza, les cuesta correr riesgos, moverse de forma independiente o pueden tener dificultad para expresar la rabia.

Si el elemento dominante es el Aire sus capacidades son sociales y comunicativas. Y si fuera su el elemento en déficit, son niños a los que les cuesta comunicarse y expresarse, pudiendo tener que esforzarse más en el aprendizaje intelectual.

Con el elemento dominante Agua podemos ver niños con una gran sensibilidad y habilidades artísticas. En el caso de que fuera el elemento en déficit, son niños a los que les dará miedo sentir sus emociones o descontrolarse, y podrían tener dificultad para ser empáticos.

Y cuando la Tierra es el elemento dominante podemos observar a niños responsables, ordenados y disciplinados. Sin embargo, si la Tierra está en déficit son niños a los que les cuesta ordenarse, disciplinarse, conseguir objetivos y funcionar en la realidad.

El modelo educacional actual es bastante deficiente a la hora de potenciar las habilidades personales de cada niño y aún pretende que se adapte a un modelo estándar aceptado. Esto también les puede generar angustia y en algunos casos llegar a ser diagnosticados de problemas que no son reales.

La Luna y la raíz de nuestras emociones

El arquetipo lunar representa la nutrición; la madre que cuida, nutre, contiene y protege a los que quieres. Al mismo tiempo representa al niño vulnerable dentro de nosotros que busca protección, seguridad y contención.

El signo de nuestra Luna representa el tipo de la energía que nos nutre, contiene y protege, es decir aquello que siendo niños, nos salvo del dolor del abandono, de la tristeza o la angustia del mundo.

Los niños tienen activos la Luna y el Sol. La Luna representa como se comporta cuando está cerca de mama, cuando quiere sentirse nutrido, cuidado, contenido y protegido. El Sol representa como se comporta cuando esta cerca del padre o de la figura paterna y cuando está siendo creativo, mostrándose y expresándose más allá de la protección de mama.

Edward Bach en su libro «Cúrate a ti mismo« explica que la Luna representa la parte de la personalidad del ego que esta condicionada por comportamientos del pasado y que no da espacio al Sol. Es decir, a vivir la vida desde la esencia, para ser quien somos en cada momento. Estos condicionamientos, que suelen llegar a través del linaje familiar, son los que dominan emocionalmente a los niños y la causa de los comportamientos que vemos en ellos.

El vientre de mama represento un resort todo incluido donde no se siente la separación. Es la inteligencia del agua que le provee todo lo que necesita sin pedirlo.

El parto como proceso ariano que nos separa de la fuente para convertirnos en una individualidad. Es un momento plutoniano de muerte y transformación, muere una realidad y nace otra. Es una experiencia traumática donde pasamos de un lugar donde no tenemos necesidades a otro donde sentimos la impotencia de no poder satisfacerlas. También es un  proceso Quironiano, asociado al mito de Adán y Eva y su expulsión del paraíso. Es un dolor que todos compartimos en la tierra, la sensación de castigo por haber hecho algo malo.

Una vez sale del vientre de su madre, el bebé es pura emoción, no tiene la capacidad de entender la situación. El llanto es su mecanismo de sobrevivencia para llamar a la Luna, poder calmarse y sentirse contenido.

La Luna astrológica actúa como salvavidas cuando lo pasamos mal.

El Signo y el Elemento de la Luna representan el refugio emocional, es la energía que busco cuando algo me afecta emocionalmente. Si un niño no puede usar su Luna, se potencia el comportamiento reactivo asociado al elemento de la misma.

Estos comportamiento suele ser:

  • Luna en Fuego – Hiperactividad, acción y movimiento, pelea y discusión.

  • Luna en Aire – Hablar y pensar mucho, dispersión y falta de concentración.
  • Luna en Agua – Hipersensibilidad y necesitad de estar cerca de los que ama.                          También se disocia escapando a los mundos de fantasía e imaginación.
  • Luna en Tierra – No expresa sus emociones y se rigidiza. Se exige mucho y se estresa.

La Luna tiene que ver con el pasado, es una energía conocida que proviene de los patrones de nutrición familiar. El niño busca esa energía en su madre y la familia suele darla en exceso.

Llevarle la contra al Signo de la Luna no funciona. Es necesario un balance y que la madre cuide y revise como expresa en su propia vida la energía del signo lunar del niño.

A modo de ejemplo:

  • La energía Aries en un nivel alto es valentía, coraje e independencia para vivir mi propia vida. En un nivel bajo se manifiesta como pelea, frustración, impulsividad y no atrevernos a hacer lo que queremos.
  • La energía Capricornio en un nivel alto es maduración, responsabilidad y un comportamiento amoroso con uno mismo. Es la capacidad de lograr lo que mi alma quiere sin dejarme llevar por lo que demanda mi familia o mi entorno. En nivel bajo es rigidez, exigencia, miedo al fracaso.

Todo esto se tiene que observar dentro del contexto general de la carta natal, donde pueden haber más aspectos a tener en cuenta.

La Luna se asocia al primer chakra, a la sensación de pertenencia, arraigo y seguridad en el mundo. Con la terapia floral podemos ayudar a calmar y descongestionar la Luna, abordando los síntomas y la raíz que esta conectada con el medio familiar. Los niños son una descarga de lo que pasa en casa. Vienen a evolucionar los temas familiares.

Ayudando a que los padres entiendan el mecanismo que se activa en los niños, para que puedan hacer los cambios necesarios en la dinámica familiar, logramos disminuir los comportamientos que los estresan y los liberamos de que el mecanismo lunar los sobre-condicione de adultos.

Esta información esta extractada de mi formación en la escuela Astroterapéutica y puedo acompañar estos procesos con las formulaciones de esencias florales. 

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